En tiempos de crisis o de gran incertidumbre nos enfrentamos a diferentes tipos de peligro. En esta ocasión la salud de la población en general está expuesta al riesgo de contagio con el virus COVID-19, aspecto que no es tocado en este artículo, ya que para ello están los expertos en salud y epidemiología, asimismo, acompañado del peligro mencionado nos enfrentamos a los de consumir información falsa, el peligro económico, financiero y de seguridad de la información, con el riesgo de sufrir estafas o fraudes.
Entre los factores que permiten al estafador cumplir con su objetivo están: el miedo, falta de
información clara, exceso de información, ansiedad, restricciones para salir de los
domicilios, limitaciones de circulación, incertidumbre sobre el acceso a
diferentes artículos de primera necesidad, alto consumo de información en redes
sociales, creación de bonos del estado y otros.
De acuerdo a blogs y sitios web de psicología y
medicina, el miedo es una sensación desagradable provocada por la percepción de
peligro, real o imaginario, asimismo mencionan que el mismo nos ayuda a
protegernos y evitar los peligros a los cuales estamos expuestos,
principalmente para preservar la vida.
La amenaza del COVID19, ha generado miedo y
ansiedad, dado que esta amenaza es nueva, desde el punto de vista que muy
pocos, por no decir nadie, la había considerado, y los que podrían haberlo
hecho, no estaban listos para actuar de manera inmediata ante su rápida
propagación. Además de la amenaza por sí misma, lo que ha generado mayor miedo
y ansiedad es el desconocimiento a lo que se enfrentaba, sus consecuencias, las
cuales son alimentadas por información falsa o no confirmada que se transmite
por redes sociales y medios de comunicación no oficiales.
Esta coyuntura es una ventana de oportunidad
para las personas que buscan aprovecharse de las circunstancias, los cuales son
apoyadas por el miedo, ansiedad y desinformación de la población y debe exigir
a todos tomar mayores recaudos para protegernos de los peligros en este
sentido.
(Des)Información
El consumo de las redes sociales y los
servicios de mensajería digital tienden a crecer en esta coyuntura, dado que es
un medio de mantenerse en contacto con los seres queridos, trabajar e
informarse, es así que de manera referencial, el portal español dir&ge,
en su nota titulada: ¿Cuál es el impacto del COVID-19 en
Internet y en las redes sociales?, refleja que de acuerdo a los datos recopilados por
Hootsuite, una plataforma de gestión de redes sociales, el consumo de noticias
en directo se ha incrementado en un 43%, la lectura de noticias en internet se
incrementó en 40%, y el uso de aplicaciones de mensajería aumentó en 34%.
Por su lado, el diario boliviano Pagina Siete,
el 22 de abril de 2020, ha publicado la nota titulada La pandemia trajo cambios de hábitos
que pueden quedarse,
refleja los cambios que se están suscitando por la presencia del COVID-19.
Todos estos cambios en los hábitos de consumo
de redes sociales y medios digitales de comunicación, exponen a la población a
una enorme cantidad de información, pero lamentablemente se ha podido
identificar que no toda la información que se comparte es verificada y lo que busca es generar miedo en la población, es por eso que, la Organización
Mundial de la Salud OMS, las autoridades de gobierno y medios de comunicación insisten
en que se verifique la misma, para evitar información errónea y crear
confusión.
Este artículo, se centrará en los fraudes a los que está expuesta la población en estas circunstancias, con el objetivo de que se tomen mayores precauciones al respecto.
Tipos de Fraudes
- Estafas en compras online.
Según la información expuesta en el sitio web
elconomista.com.mx, de 24 de marzo de 2020, Interpol ha detectado y recibido
información de estafas alrededor del mundo, la nota detalla que desde la aparición
del COVID-19 han surgido tiendas online, cuentas de redes sociales o
direcciones de correo electrónico que se dedican a ofrecer productos y
suministros que son difíciles de conseguir y que son buscados en esta
coyuntura, con lo que buscan robar el dinero a las personas, solicitando
depósitos y transferencias de fondos.
- Mensajes falsos.
Los delincuentes se hacen pasar por
funcionarios o directores de hospitales y clínicas, quienes llaman a sus
víctimas para informarles que uno de sus familiares se habría contagiado del
virus y solicitan pagos por tratamientos médicos
- Mensajes con ofertas o promociones
Por redes sociales y servicios de mensajería
instantánea circulan mensajes de promociones u ofertas de reconocidas
instituciones como supermercados, farmacias y otros, que redirigen a sitios
web, que buscan obtener información privada de la población, que en muchos
casos exigen información financiera, comúnmente conocida como phishing.
Incluso, se ha visto que algunos de los enlaces
que se reciben mediante correo electrónico, redes sociales o aplicaciones de
mensajería, los cuales intentan que el equipo descargue archivos maliciosos.
- Campañas falsas de ayuda o donaciones
Haciendo uso del engaño y apelando al corazón
de la población, estas personas lanzan supuestas campañas para donaciones y
ayudas a diferentes instituciones o personas, que son compartidas por redes
sociales, grupos de aplicaciones de mensajería, correo electrónico, mensajes de
texto u otros, que solicitan depósitos a cuentas bancarias, billeteras móviles
u otras, buscando beneficiarse con los recursos recolectados.
Todos los casos expuestos en líneas anteriores,
son conocidos en el mundo de la prevención de los fraudes, pero los mismas están
aprovechando las circunstancias actuales y la información que está circulando, para aparentar credibilidad y encontrar a personas desprevenidas, por lo que exige que nos mantengamos alertas.
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